La secuela de Breath of the Wild fue nominada en numerosas categorías de los Game Awards 2023. Y no es para menos, ya que a pesar de tener la base de su precuela, Tears of the Kingdom es un juego inmenso, en el que perdernos por sus tres mapas: Hyrule, el cielo y el subsuelo durante cientos de horas (y me puedo quedar corto). Mecánicas como la ultramano, que nos permiten fusionar armas y objetos para crear utensilios locos, retroceder el tiempo o la ascensión para llegar a zonas inaccesibles anteriormente, hacen que la experiencia de juego sea de las más gratificantes que he jugado en los últimos años.

Baldur's Gate 3 no es sólo el mejor juego de este año, es uno de los logros técnicos, narrativos y jugables más importantes que ha vivido la industria del videojuego en la última década. Una gesta más que suficiente para haberse llevado por delante a cualquier contrincante que intentase hacerle sombra, y una tan impresionante que incluso quienes no casan con la temática de espada y brujería, se verán obligados a rendirse a sus pies.

Otra Nintendada más, esta vez protagonizada por el fontanero favorito de todos. En esta nueva aventura, olvidamos la saga “New” y pasamos de nivel. Cada nivel tiene una mecánica loca especial que harán las maravillas de los fans de los plataformas, llegándo a transformarnos en enemigos, niveles ingravidos o pasar el juego entero a vista cenital. Eso sí, es mucho más divertido con amigos.

Secuela del grandioso Spiderman de Insomniac Games, en el que continúa la historia de (para mi) el mejor Peter Parker que ha parido la industria audiovisual. Con unos gráficos alucinantes, una banda sonora que eriza la piel y una historia emotiva que hará las delicias de los fans del superhéroe arácnido. La mejorada movilidad, el extenso mapa y las nuevas formas de jugar con Peter o Miles hacen que este sea, sin duda alguna, el mejor juego de Spiderman de la historia.